Hace unos setenta años, allá por los años cincuenta del pasado siglo, Ricardo Argos Puente funda en Torrelavega su empresa de representación de legumbres, actividad que por aquel entonces se denominaba “comercio colonial”. Durante más de cuarenta años continúa la actividad anterior, ampliándola con nuevas representaciones, pero teniendo siempre como referente el que fue su producto de partida.
En 1996 la empresa pasa a manos del hijo de Ricardo, José Carlos Argos, y su mujer Ana María Izaguirre. Tras haber trabajado junto a su padre durante años, decide dar un nuevo impulso a la empresa incluyendo en el catálogo la comercialización de un producto propio. Del amplio conocimiento del sector de la legumbre, y habiendo observado que la mayoría de las regiones españolas contaban con una versión en conserva de sus platos tradicionales, excepto en el caso de Cantabria y nuestro tradicional cocido montañés, decide poner solución a esta carencia.